En miredcarpet no suelo contar mi vida («el que quiera verte que venga a casa», que diría Chiquito…*), aunque entre líneas se puede leer mucho, claro. Pero hoy tengo ganas de hacer un pequeño homenaje a Murcia.
Cuando vivía en Madrid, después de acabar la carrera, las primeras amigas empezaron a volver a sus ciudades de origen. Nuestro grupo, que éramos (¡somos!) prácticamente canarias y murcianas, empezó a perder fuerza en la capital y a hacerse fuerte en las zonas costeras del país ;P Yo aproveché la situación para establecer Murcia como «mi playita en la península», porque con los sueldos de becaria lo de viajar a menudo a Canarias era complicado y allí que me plantaba cada vez que podía pagarme el tren.
Largos fines de semana de comer rico, de ir a la playa, de disfrutar con mis amigas y las amigas de mis amigas, de charlas hasta las mil, de ponerme fina a marineras, matrimonios y a mis adorados pastelicos de carne (siempre me llevaba otro para el trayecto de vuelta en tren)… Se me hace la boca agua. Y eso que no he entrado en los arroces de la huerta…
El caso es que, con el paso de los años y la vuelta a la islita querida, las conexiones desde Gran Canaria a Murcia son un auténtico desastre (¡20 horas de viaje o pasar noche en Madrid, estamos locos!) y yo no volvía a Murcia desde hacía ya unos añitos.
Ha tenido que llegar este verano y, por supuesto, la excusa de una boda (o fiesta del amor), para no solo reunirnos las amigas, sino volver a mi Murcia linda (¡qué hermosa eres!*). Fue un finde perfecto: playa, amigas (y descendencia), risas, una boda espectacular y divertida… y aquí quería hacer un pequeño homenaje con algunas fotos:
* POR FAVOR: ¿alguien ha pillado la referencia o soy una loca? No paran de ocurrírseme referencias televisivas de los 90 en este post, pero me las he ahorrado para no herir ninguna sensibilidad (ni dar más señales de la edad que tengo, claro).