Cada primavera-verano, en las tiendas, mis ojos obvian cualquier prenda que no sea un vestido y no me puedo resistir a sus encantos, por lo que tengo que comprarlos si me gustan. Me pasa desde hace unos pocos años, por lo que, cuando empiezo a contar los vestidos en mi haber, empiezan los sudores fríos.
Aunque soy muy consciente de este «problemilla», sigo sin remediarlo y, el otro día estuve por Mango y ya tengo en mi poder uno de los vestiditos que comenté hace unos posts. En ese post estaba en rosa (en verdad es de finas rayitas rojas sobre blanco), pero yo me lo he comprado en azul.
Os dejo unas fotos de mi adquisión (notas: 1- perdón por la foto pero no había manera de sacarla sin flash 🙁 2- esta ya arrugado porque no he podido resistirme a ponérmelo el primer día 😀 )
Ojo a la espalda del vestido, muy ochentera: todo botones y con media espalda al aire, un detalle definitivo para mi compra y que en la tienda online de Mango no puedes ver.