Ya te he hablado alguna vez de los peligros del ganchillo: ese vicio que te hace tener la casa llena de labores inacabadas. Otro de sus peligros, dentro de la misma línea y, precisamente, una de las causas de esa proliferación de labores sin terminar, es el ansia que nos crea por unirnos a cualquier cal (crochet along) o kal (knit along) que veamos por las redes. No puedes ser la única ganchillera que no participe, ¿no? No puedes quedarte sin probar a hacer esa prenda que parece tan difícil y que seguro que con las explicaciones del grupo resulta super fácil (no siempre), ¿no?
Por si no eres una víctima más de este movimiento ganchillero/tejedor, te cuento que son los cal o kal. Como traducía arriba, cal viene de crochet along (hacer ganchillo juntos, a la vez) y kal de tejer (knit) a la vez. Realmente, es como las quedadas de abuelis de toda la vida en el salón de casa, con una infusión y un pedacito de tarta, pero ahora, cada una está en su casa y, en vez de aprender los pasos a seguir para la labor en esa quedada, se aprende gracias a las explicaciones que da la organizadora del cal o kal por internet. Cada persona lleva su propio ritmo y, si hay dudas, en vez de esperar a la siguiente quedada, se preguntan a través de las redes sociales o del blog organizador. Una muestra más del viejunismo-moderno que me encanta 🙂
Cuando ya sabes las cosas más básicas del ganchillo y de tejer, pero no te atreves a descifrar un patrón sola, estos cal/kal son una buenísima manera de ir «subiendo de nivel». Ojo, si tienes cerca de casa alguna tienda o centro en el que hacen lo mismo y puedes adaptarte a sus horarios, adelante: ¡qué mejor que aprender cara a cara! Pero, si sacas los ratos para tener «a deshora», esta forma de aprender es genial. Además, motiva ir viendo por las redes sociales cómo van avanzando tus compis desde cualquier lugar del mundo.
Ahora mismo estoy enganchada a un cal y a un kal (y retrasadísima con ambos, ¡por cierto!) Uno es el kal organizado por Medea Teje y Les Jardins de Juliette (mi tienda de lanas y complementos en Barcelona, de la que ya te hablé en mi Ruta de musts en Barcelona). Una camiseta preciosa que todavía creo que no seré capaz de acabar:
El otro es un cal, de ganchillo, organizado por la marca de ovillos Drops (me encantan sus algodones), para tener juntas una manta «misteriosa». Lo de misteriosa viene a que, de entrada, solo indicaron qué ovillos utilizaríamos, el nombre del proyecto «The Meadow» (la pradera) y que sería una manta. Sin saber más, muchas nos unimos al plan en mil rincones del mundo y ahora, cada semana, Drops aporta una nueva pista de esa labor en su blog (mira aquí las pistas publicadas del cal). Se trata de una manta que vamos tejiendo con diferentes flores tipo granny squares, una preciosidad, que espero acabar algún día:
¿También estás enganchada a los cal y kal que vas viendo por internet? ¿Estás haciendo alguna ahora mismo?