Cuando me mudé a mi nueva casa, hace ya dos años (¡dos años!), retomé una afición – léase obsesión- tener plantas. En mi casa en Madrid siempre tuve varias plantas que fueron mudándose conmigo según iba cambiando de compis y de hogar. Cuando dejé Madrid, dejé las plantitas que sobrevivieron tanto ajetreo en buenas manos y siempre voy a visitarlas cuando voy para allá.
En esta casa, más asentada y con más previsión de quedarme aquí más tiempo, tengo un buen balcón que, mes a mes, se ha ido llenando y llenando de plantas. Al principio no quería meter ninguna en casa, ¡para eso tenía el balcón! Pero, entre que el balcón ya está a rebosar y que notaba que a la casa le faltaba un poco de vidilla (literal), ya han ido entrando algunas.
Ahora estoy echando el ojo a estas opciones para colgar las plantas de interior: algunas son do it yourself, como el clásico macramé y otras preciosas macetas de cerámica con nuevos aires para renovar las antiguallas en las que tengo a mis queridas plantas.
Todas las fotos: Apartment Therapy