Justo comentaba en el último en el que daba mi receta del couscous al curry con brócoli y calabacín, que últimamente los temas de moda, complementos y alfombra roja, esos que fueron la excusa para empezar este blog, parece que cada vez me llaman menos la atención. Parece que fue decirlo e inspirarme, parece que me gusta llevarme la contraria… 😉
Porque tal cual fue: al poco de acabar mi post de Cocina y seguir trasteando unas cosas para un cliente en Internet el otro día, topé con estos zapatos azules, a la venta en ASOS y casi muero de amor fashionil. Después de unos días, sigo sin quitármelos de la cabeza y esa suele ser mi señal (ahora que no me dejo llevar por las compras compulsivas de aquellos primeros años de furor de compras online).
Sin duda, lo primero que llamó mi atención fue el color de los zapatos, un azul aciano capaz de subir de categoría cualquier look apagado o soso. Luego, la altura (mínima) del tacón: para alguien que no utiliza tacón prácticamente nunca, como yo, comprar un zapato alto es casi tirar el dinero directamente. Hace años que no me compro ningunos nuevos, porque los que tengo y utilizo alguna vez han pasado ya el «control de calidad» y, gracias al poco uso, están en perfecto estado.
Así que, en caso de añadir alguna preciosidad a mi zapatera, la opción de un cómodo tacón ancho de 5,5 cm, me parecería razonable. El resto de detalles como la tira al tobillo y las piedras decorando el empeine, redondearon el flechazo. Eso sí, como un (grandísimo) pero: el material de los zapatos es pura química 🙁
De entrada, lo añado a mi wishlist de zapatos y mientras analizo el equilibrio bonito / útil / materiales /¿lo voy a utilizar lo suficiente?, te pregunto: ¿te atreves con un zapato llamativo como este precioso zapato azul de Asos?