Con Alma Aguilar parece que me pasa lo mismo que con Ailanto, antes de verlo ya se que me va a gustar, y esta vez no ha sido menos. Blanco, crudos y pasteles que flotan y recuerdan un paseo por la orilla del mar o por un parque.
A ver si llega ya la primavera del 2011…
¡Qué vestidos! Los quiero todos.