Los regalos inesperados y fuera de fechas (ni cumpleaños, ni navidad ni nada similar) siempre hacen ilusión. Cuando te los hace una amiga a la que ves menos de lo que te gustaría, más. Si te lo trae de un viaje, sigue sumando. Y si encima el regalo te encanta… ¡el no va más!
Eso me ha pasado con este broche de Matrioskas:
¿Te gusta tanto como a mí?