La colección No me olvides de María Escoté, aunque va de desamor, del duro, me ha parecido bastante equilibrada. Una de cal y una arena: una de cuero de colores y otra de flores en la cabeza (me han encantado las coronas), una de imperdibles y otra de perlones decorativos.
Me ha gustado, pero más por los complementos y la idea que por la ropa en sí (pero para algo desfilas, no vendes en una tienda de ropa de la esquina, ¿no?). Por supuesto, de lo mejor: los cinturones con forma de pulsera nomeolvides y la frase grabada.
La niña bonita de la nueva movida madrileña ha cumplido.